Un drama turbio - Texto

2.10.09

Escenario:
Departamento en monoambiente de Fabián. Lo único que está fuera de la vista del espectador es el baño.

ESCENA:
Se ilumina el sector del living, está Fabián escribiendo en su computadora. Al fondo, sentada en una silla mecedora, una señora de la cual se percibe sólo la sombra, Fabián al estar de espaldas a ella, no logra verla.
Fabián acerca la vista al monitor, lee, murmurando como para sí una parte del texto de la obra de teatro que está escribiendo en la computadora, ahora en voz alta:

FABIAN: Interrumpe la frase un fuerte trueno, sonido de lluvia, juego de luces. Apagón.

No le convence lo escrito. Busca otra parte del texto en su computadora, lee, balbucea alguna que otra palabra, murmura otras que no se entiende y ahora en voz alta:

FABIAN: Interrumpe la frase un fuerte trueno, sonido de lluvia, juego de luces. Apagón.

Sin convencerle aún lo escrito, se levanta, agarra la taza de café que tiene en el escritorio, va a servirse más y cuando se da vuelta ve a la señora. Se ilumina con una luz tenue el sector donde está ella. El, al verla se sobresalta y grita asustado. Ella, que se había adormecido, se despierta sobresaltada y grita. En respuesta él vuelve a gritar y ella le responde también con un grito. Por último, ya desesperados, gritan los dos a la vez. Silencio. Respiración agitada. Se miran.

NURIA: ¡Ay, qué susto, querido! ¡Casi me matás de un infarto!

FABIAN: ¿Y usted quién es? ¿¿Cómo entró acá?? ¿¿¿Qué hace en mi casa???

NURIA: Bueno, bueno, bueno, vamos una por vez. Aunque la primera y segunda son bastante fáciles de responder: Soy Nuria y entré por la puerta. Ahora la tercera, se me complica, ¿sabés? Pero bueno, voy a tratar de ser lo más directa posible… (la interrumpe)

FABIAN: ¿Cuándo entró?

Fabián la amenaza con lo primero que encuentra.

NURIA: Hace apenas un ratito... (Al ver que la amenaza) No, pero quedate tranquilo que yo no vine a hacerte nada malo. Yo… Yo te prometo que te voy a explicar todo, pero como seguramente me va a tomar un tiempito que lo entiendas, quería primero que nada…

FABIAN: Pero, ¿¿quién es usted??

NURIA: Ya te dije: ¡Nuria! (Se acerca para darle la mano) Encantada.

FABIAN: ¡Eh, eh, eh…! ¡No se me acerque!

NURIA: ¡Ay, ni que tuviera peste!

FABIAN: ¡Ni un paso más!

NURIA: Está bien, está bien. Tampoco para ponerse así…

Fabián se levanta y va hacia el teléfono.

NURIA: ¿Qué vas a hacer, querido?

FABIAN: Llamar a la policía.

NURIA: ¿A la pol…? ¡No! No, no, no, no… No la llames. No la llames. No la llames.

FABIAN: (Irónico) ¿Que no la llame?

NURIA: ¡Claro! Por tu bien te lo digo, no la llames.

FABIAN: ¿Por mí bien? (Fabián empieza a marcar)

NURIA: Sí, por tu bien. Escuchame lo que te…(la interrumpe)

FABIAN: ¡Escuchame nada!

NURIA: (Se acerca a él para tranquilizarlo) Querido, dejame que te explique aunque sea, vas a ver que…

Fabián vuelve a amenazarla con lo que la amenazó antes.

NURIA: Está bien, qué me importa, llamalos. Total, el único que va a salir perjudicado sos vos.

FABIAN: (Desconfiado, se detiene) ¿Yo? ¿Por?

NURIA: Van a pensar que estás loco.

FABIAN: ¿Y por qué van a pensar que estoy loco?

Silencio. Fabián la mira.

NURIA: Pero hacelo, llamalos, no te retengo. Si estás decidido, adelante. Llamalos, animate, dale.

Fabián duda. Se miran. Silencio. Al tiempo.

FABIAN: Bueno, está bien. Te voy a escuchar. Pero te quedás ahí, quieta y si algo me llega a resultar extraño, por más mínimo que sea, llamo.

NURIA: (Para ella) ¡Uh! Entonces empezá a marcar.

FABIAN: Bueno.

NURIA: ¡No, no, no, no! Dame dos minutitos, aunque sea, no te pido más.

FABIAN: Bueno. (Fabián se queda, con el tubo levantado, amenazando llamar)

NURIA: Bueno… Eh… mmm viste que… Ay, ¿Cómo decirlo, no?… eh…

FABIAN: (Mirando su reloj) Un minuto cuarenta, un minuto treinta y nueve, treinta y ocho, treinta y siete….

NURIA: ¡Ey, ey, ey, ey, ey! ¡Ya vaaaa! Por una de esas casualidades de la vida, ¿no me reconocés, no?

FABIAN: ¿¿Si te reconozco?? No.

NURIA: ¿Seguro que no? Mirá que no es muy difícil saber quién soy. Si quizás hicieras un poquito más de esfuerzo…

FABIAN: Quizás para vos no es muy difícil, que sabés quién sos, pero para mí…

NURIA: Hacé memoria. Por favor te lo pido, hacé memoria.

FABIAN: ¿No es más fácil que me lo digas y ya?

NURIA: Sí, como más fácil es más fácil… Pero si te lo digo, no me vas a creer, por eso digo, tal vez hurgando en tu memoria…

FABIAN: Bueno, está bien. ¿Vos querés que adivine? ¡Yo adivino! ¡Adivino! (La observa de pies a cabeza) Por los collares y la forma de vestirte, así tan suelta, diría que parecés una hippie de los 70´… o… ¡o una vidente!

NURIA: (Entusiasmada) ¿Una que lee el tarot, por ejemplo?

FABIAN: Claro, una tarotista… Ah…

NURIA: (Notando su reacción) ¿Qué?

FABIAN: …Una tarotista…

NURIA: (Entusiasmada) Sí, ¿qué pensás?

FABIAN: …La tarotista…

NURIA: Sí, ¿qué?

FABIAN: No, no, no.

NURIA: ¿Qué no? ¡Sí!

FABIAN: No, no que…

NURIA: ¿Sí?

FABIAN: ¡No!

NURIA: ¿¿¡Qué!??

FABIAN: Por el parecido, se me vino a la mente una pavada… pero no…

NURIA: ¡Pero sí!

FABIAN: Es que no…

NURIA: ¡Es que sí!

FABIAN: No, no, no…

NURIA: ¡¡Decime Fabián de una vez, quién carajo pensás que soy!!

FABIAN: Dijiste Nuria…

NURIA: Ajá…

FABIAN: Bueno, con ese nombre y… al verte bien, como que se me vino la idea que… (Se ríe, nervioso) que podías ser un personaje de…una obra de teatro que yo escribí…¿Ves? ¡Una estupidez!

NURIA: ¡Sabía que me ibas a reconocer! ¡Lo sabía, lo sabía, lo sabía!

FABIAN: No, no, pero no puede ser eso porque no puede ser eso porque… eso no puede ser…no… No puede pasar… eso…

NURIA: Pero pasa, ¿viste? Es insólito como la realidad siempre termina superando la ficción.

FABIAN: No, no pero éste no es el caso… No puede ser el caso, porque estas cosas no… no pasan no … Jamás se… este…. Y pero… ¿¿entonces quién es usted?? La verdad quiero, la verdad. (Se va desquiciando) ¿Quién es? ¿Qué quiere? ¿¿Para qué vino!? ¿Me quiere engañar con todo esto? ¡Claro! Seguro que quiere, quiere… Seguro que yo dejé la puerta entreabierta, sin darme cuenta y usted se aprovechó y entró. Habrá encontrado algún texto mío por ahí y ahora quiere, me quiere ¡Claro…! (Agarra lo que tiene a mano para defenderse, la apunta) Usted me vino a robar… ¡Eso! O me quiere…

NURIA: A ver querido, corazoncito mío… (Se acerca) Vení, razonemos juntos, vení… (La interrumpe)

FABIAN: ¡No se me acerque!

NURIA: ¡Pensé que ya lo habíamos superado eso!

FABIAN: ¡Ni un paso más!

NURIA: ¿¡Oootra vez lo mismo!? A ver querido, queridito, cordero de Dios: Si yo fuera una ladrona y te viniera a robar, como vos decís, ¿cómo puede ser que yo sea exactamente igual a la imagen de mí que vos tenés en tu cabeza?

FABIAN: Ese… sería el… único detalle a resolver… (Ella sonríe triunfante, él vencido, se sienta en el piso)

NURIA: ¡Es porque soy yo! ¿No lo ves? Mirá lo decía tal cual el pensador éste… Ay, cómo se llamaba… Griego creo que era… Ay, el que escribió el libro, perate… Bue, éste hombre, un bocho… Hace mucho, mucho tiempo escribió una pieza que se llamaba… Ay, no me acuerdo el nombre… bue… decía que “en la vida se nace de muchos modos, de muchas formas: árbol o piedra, agua o mariposa, hombre o mujer… ¡Y se nace también personaje!”

FABIAN: ¿Un pensador griego…?

NURIA: Ah, no, no era griego … ¡El que escribió “Seis personajes en busca de autor”!

FABIAN: Pirandello, se llamaba. Y no era un pensador Griego, ¡era un dramaturgo italiano!

NURIA: Bueno, ese… Incluso él mismo decía algo así como que “la vida está llena de infinitas cosas absurdas, y que descaradamente ni siquiera tienen necesidad de parecer verosímiles, porque son verdad”.¿¡Ves lo que te digo!?

FABIAN: Es que, si vos sos quien decís que sos, si vos sos verdaderamente Nuria, el personaje… Esto que me está pasando, digamos, esto que estoy viviendo ahora mismo, en este preciso instante, esto… (Comienza el tango “Balada para un loco”, versión instrumental de Piazzola) Esto, no sería muy normal, ¿no?… O sea, si vos sos quien decís que sos, que yo eso te lo respeto, ojo, pero… Significaría que yo… Que estoy…

NURIA: ¿Loco?

FABIAN: (Aterrado) ¡Sí! Loco…

NURIA: (Natural) Un poco loco… ¿Quién no está un poco loco? (Confidencial con él) Te voy a contar algo que quizás te tranquilice. Hablando, con varios colegas, así, personajes, de otros autores, ¿viste?

FABIAN: ¿Hablando con …personajes?

NURIA: (Casual) De otros autores, sí. Bueno, llegamos a la conclusión de que todos, y te podría decir que absolutamente todos los dramaturgos, tienen un “importante nivel de locura”. Lo cual no está mal, eh, ojo, eso yo lo respeto, como decís vos. (Silencio, se miran) Pero bueno, Fabiancito, la verdad, ni vale la pena ahondar en esa nimiedad. Aparte se armó toda esta discusión y… todavía ni siquiera te comenté para qué vine.

Suavemente, va bajando la música del tango.

FABIAN: Ajá… ¿Y se puede saber para qué viniste?

NURIA: ¡Por supuesto! Yo, bueno… me tomé el atrevimiento de venir hasta acá porque con los compañeros estábamos un poquito preocupados…

FABIAN: ¿Compañeros?

NURIA: (Casual) Compañeros, sí. Los otros personajes. Bien. Lo que nos tiene preocupados es la manera, digamos el modo en que te estás comportando últimamente, ¿no?… (El está como abstraído) ¿Estás bien?

FABIAN: Sí, sí…

NURIA: El tema es que vemos que ya vas teniendo una considerable producción de obras, con argumentos interesantes, conflictos de lo más variados… (Se va apasionando) Tenés una gran capacidad para crear personajes vivos, con tridimensionalidad, que demuestran claramente sus deseos y sus contradicciones, ¿modestia aparte, no? Y sin embargo, querido, a algunos textos ni te dignaste a darles un final y los que terminaste no los querés sacar de ahí. (Le señala la computadora)

FABIAN: ¿De la… computadora?

NURIA: Exacto. No puede ser que no le hayas mostrado ninguna de las obras a nadie. ¡Ni siquiera a un amigo para que te de su opinión!

FABIAN: Pero es porque todavía no terminé de corregirlos, necesito tomarme un tiempo y releerlos tranquilo para ver si … (lo interrumpe)

NURIA: No me vengas con el verso ese, de que todavía tenés que releerlos y toda esa paparruchada, eh. Todos los dramaturgos leen sus textos y los corrigen una y otra vez, una y otra vez pero no por eso dejan de mostrar el material que escriben. ¿Eh? Vamos viejo, a mí con esa, no. A mí, no. Yo se muy bien lo que te pasa a vos. Muy bien lo se.

FABIAN: ¿Ah sí? ¿Y qué me pasa?

NURIA: Algo tan sencillo… Que no te animás, pibe. Te faltan agallas, confianza en vos mismo. ¡Huevo, hijo, te falta huevo!

FABIAN: ¿Perdón?

NURIA: No se si te diste cuenta que nunca llegás a nada con todo esto porque… la simple idea de sentirte expuesto, te abruma. Sos… como quien diría… un cagón.

FABIAN: Perdón, pero…¿Y v.. y v… y vos… qué sabés? ¿Vos quién carajo te pensás que sos para venir acá y decirme todas estas cosas?

NURIA: Bueno, bueno, bueno, no es para que te alteres.

FABIAN: ¿Me decís cagón y no querés que me altere?

NURIA: (Para sí) Y claro, la verdad duele.

FABIAN: ¡¿La verdad duele?! ¡¡¿La verdad duele?!! (Estalla) ¿De qué verdad me estás hablando si ni siquiera vos sos una verdad?

NURIA: ¿¿Qué yo no soy una verdad?? Preguntale a Pipindrello quién es más real, si vos o yo….
Preguntale, a ver qué te contesta.
FABIAN: ¡¡Pirandello, se llama!! ¡Y está muerto!

NURIA: Bueno, ¿sabés lo que decía él? Decía… Bueno, era largo lo que decía… Pero la idea era más o menos así. ¡Que los personajes somos mucho más reales que las personas porque la vida del personaje no se modifica! Es siempre la misma. ¡Está condenada a tener siempre una realidad inmutable! Sin embargo, el hombre modifica constantemente su forma de pensar y de ver la realidad, a tal punto que lo que ayer le parecía una verdad absoluta, hoy puede parecerle una ilusión… Entonces, el planteo es… ¿Quién es más real? ¿Vos o yo?

FABIAN: Y… desde ese punto de vista… vos… Pero… Pero es que no hay manera… No hay lógica que avale que un personaje que uno inventó en su cabeza, se presente acá… en carne y hueso…

NURIA: Bueno, Pirineo, Pirineo hablaba de eso…

FABIAN: ¡Piraaaaaan-deeee-llooo!

NURIA: ¡Bueno, él! (Apasionada) El decía… decía que… ¿Cómo era lo que decía? Ah… eso… ¡que eso puede suceder cuando un personaje está vivo! Decía que cuando un personaje nace, adquiere inmediatamente una independencia tal, incluso de su autor, que cualquiera podría imaginarlo en un sinfín de situaciones en las que el autor jamás pensó presentarlo, ¿entendés? ¡Hasta incluso, a veces, adquirir un significado que el autor nunca quiso darle!

FABIAN: Pero pará, pará: Pirandello no era un filósofo.

NURIA: Para nosotros sí.

FABIAN: ¿Para nosot…? No, no, no. Pirandello escribía ficción. Y esta es la vida real. Y .. Y yo… yo debo estar mal… Esto es insólito. ¿Qué digo insólito? Esto es imposible. Esto no, no puede estar pasando. Yo soy una persona coherente, siempre fui racional… yo…

NURIA: Sí, Fabi pero… (La interrumpe)

FABIAN: (Sin prestarle atención) Yo no puedo estar hablando con un personaje que yo mismo inventé. Eso es tan claro. Siempre fue tan… claro… eso…

NURIA: Fabián…

FABIAN: (Se tapa los oídos) Acá no hay nadie más que yo.

NURIA: ¡Fabián…!

FABIAN: Acá no hay nadie más que yo.

NURIA: ¡¡Fabián!!

FABIAN: Acá no hay nadie más que yo.

NURIA: (Le saca las manos de las orejas) ¡¡Fabián escuchame y dejate de negar la realidad!!

FABIAN: (Se va desquiciando) ¿Negar la realidad? ¿Negar la realidad? Yo no niego la realidad. ¿Sabés por qué? Porque esto no es “la realidad”. Esto es “imaginación”. “Mi” imaginación. Y vos no existís. No podés existir, porque vos no podés ser real. No hay lógica que contemple eso… Y yo… Yo… ¡Ya mismo te lo voy a demostrar!

Fabián agarra a Nuria, abre la puerta y amenaza con tirarla por la escalera del pallier

FABIAN: ¡Como no existís, si yo te tiro por las escaleras, no te morís! No pasa nada, porque… ¡esto es mi imaginación! Todo es mi imaginación, ¿verdad? No pasa nada, si yo te tiro, desapareces y listo… ¡Se terminó!

NURIA: ¡Fabián, soltame, te lo pido por favor!

La da vuelta y la pone de espaldas a la escalera, tomándola del cuello y presionándoselo.

FABIAN: (Hablándole a su cerebro) ¿Y si no quiero soltarla, “Señora Imaginación”? ¿Eh? ¿Si no quiero dejarla ir? ¿Si quiero ahorcarla y después tirarla por acá y concluir finalmente la escena dramática del personaje que se aparece en carne y hueso? ¿Eh, imaginación? Estoy esperando.

NURIA: (En pánico, habla con la voz ahogada por la presión en el cuello) ¡Te juro que si me soltás me voy! Te juro que no te molesto más.

FABIAN: (Hablándole a su cerebro) ¿Y ahora? ¿Qué vas a hacer ahora, imaginación? ¿Eh? ¿Qué se te va a ocurrir ahora, para salvarla, eh? ¿Imaginación? ¿Ehhhhh?

Aparece desde el baño, un hombre de unos 50 años aprox. Es Roviroli, otro de los personajes de otra obra de Fabián.

ROVIROLI: ¡Soltala Fabián!



Si desea el texto completo puede enviar un mail a: itaferrari@hotmail.com


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